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¿Cómo están afectando los cuellos de botella en los diferentes sectores industriales?

Desde finales de 2020, el sector de manufacturas se está enfrentando, en el área del euro y en otras economías avanzadas, a disrupciones crecientes de los procesos productivos.  La  rápida  recuperación  de  la  demanda  a escala global ha provocado, además de presiones alcistas sobre el precio de las materias primas, problemas de abastecimiento de insumos en sectores  como el de los semiconductores,  los productos químicos, los plásticos, la madera o los metales industriales; dificultades a las que se unen las tensiones en el transporte marítimo. En este contexto, las economías de la zona del euro, fuertemente dependientes de la importación de materias primas y de bienes intermedios en sus procesos productivos, se enfrentan a una situación de escasez de componentes básicos, lo que está  generando cuellos de botella en su producción, que impiden que la oferta atienda la demanda de pedidos en los plazos requeridos.

Estos  desajustes  responden, en buena medida, a la rápida recuperación de la demanda y a los cambios en los patrones de consumo. La paulatina relajación de las restricciones  impuestas para contener la expansión del COVID‑19,  el  avance  de  la  vacunación  y  la  reapertura del  sector servicios están impulsando el consumo. Además,  la  demanda de algunas  manufacturas  también se ha visto fortalecida de manera extraordinaria durante la pandemia. Así,  por ejemplo, las mayores necesidades  de digitalización surgidas  en el ámbito laboral,  educativo y doméstico fomentaron la compra de dispositivos electrónicos,  al tiempo que la menor movilidad y la caída del gasto en ciertos servicios  —inducidas principalmente por las medidas de contención de la pandemia— derivaron en una traslación del consumo privado hacia la compra de bienes, especialmente de aquellos bienes duraderos vinculados al equipamiento del hogar.

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Como  se  puede apreciar en  el gráfico  1, estos cuellos de botella se  están  viendo reflejados  en los  indicadores  PMI de demora en el plazo  de entrega de proveedores, que  han experimentado un aumento sin precedentes en la zona del euro, y en las encuestas de opinión de la Comisión Europea (CE). De acuerdo con esta última fuente, en julio, el porcentaje de empresas  manufactureras de la Unión Económica y Monetaria (UEM) enfrentadas a escasez de material o de equipo  marcó   un  máximo  histórico,   cercano   al   40 %, porcentaje muy superior al 7 %  que se registró a finales de 2020 y a los observados a lo largo de los últimos años. Atendiendo a  la  evidencia  disponible,  estas  restricciones estarían relacionadas  principalmente con dificultades en el aprovisionamiento a lo largo de la cadena de valor y no tanto con haber alcanzado los límites de la capacidad instalada. Así,  aunque la utilización de la capacidad productiva en las manufacturas se ha recuperado rápidamente en los últimos meses y supera los registros  medios históricos de manera bastante  generalizada,   aún  se  encuentra  dentro  de los rangos habituales observados en el pasado (véase gráfico 2). En cualquier caso, como consecuencia de estos desarrollos, en los  últimos meses  las  existencias   de  productos terminados  en la  zona  del  euro también han disminuido hasta niveles históricamente muy reducidos (véase gráfico 3).

Por  países, el fenómeno de los  cuellos  de botella ha afectado de manera especialmente severa a la economía alemana (véase gráfico 4). En particular, en julio, un 70 % de las empresas manufactureras alemanas vieron condicionada su producción por la escasez de material o de equipo, porcentaje muy por encima del 42 %  observado en abril y del rango histórico más  habitual para  esta  variable.  Todo ello en un contexto en el que el porcentaje de empresas alemanas  que en julio señalaron  verse  afectadas  por una insuficiencia  de la  demanda solo  alcanzó  el 12 %. En  el resto de las grandes economías del área del euro, si bien la escasez de material o de equipo no está  siendo el factor limitativo de mayor importancia para las empresas,  su relevancia es creciente y el porcentaje de empresas afectadas por este factor se sitúa significativamente por encima  de  su  promedio histórico3.  Así,  por  ejemplo,  en España, un 22 %  de las empresas encuestadas declararon en julio restricciones  de oferta asociadas a la escasez de material  o de  equipo —frente  al 13 %  de  abril—, mientras que  un 37 % de ellas consideraron la escasez de demanda como un factor limitativo de su producción. Estas circunstancias  se producen en un contexto de fortaleza  de  la  demanda.  Como  se  ilustra  en  la  parte derecha del gráfico 4, el porcentaje de empresas afectadas por una insuficiencia de la demanda se ha reducido de forma notable en los últimos meses de manera generalizada por países,  y  se  ha  situado  en  el  rango inferior de los registros históricos disponibles.

Entre  las  ramas  manufactureras  de  mayor  peso económico, los cuellos de botella se han presentado de manera  más  temprana  e  intensa  en  el  sector   de  los vehículos  de motor,  la  fabricación  de material y equipo eléctrico,   la   fabricación   de  productos   informáticos   y electrónicos,  y la de productos de caucho y plástico,  así como  en  la  industria  química.   Estas  restricciones   de oferta  se  han ido trasladando  al  resto  de la  economía, especialmente  en  Alemania.  En  este  sentido,  el  mapa térmico presentado  en  el cuadro 1 señala las  ramas de actividad  más  afectadas   por  estos  cuellos  de  botella, definidas  como  aquellas   en  las   que  el  porcentaje  de empresas con escasez de material o de equipo es superior a un determinado umbral nacional. Para establecer dicho umbral se considera, para el agregado de la economía de cada país, el valor promedio histórico de este porcentaje más tres desviaciones típicas. Bajo este criterio, en julio, las ramas más afectadas representaban casi el 80 % del valor añadido bruto (VAB) de las manufacturas en la UEM, frente al 50 % de abril. Por países, las ramas con restricciones más  intensas en julio tenían  un peso en el VAB del total de manufacturas de en torno al 90 % en Alemania, el 75 % en Italia y el 45 % en España (frente al 60 %, 55 % y 30 % contabilizado en abril, respectivamente).

Naturalmente, las restricciones por país y sector que se ponen de manifiesto en el cuadro 1 reflejan, en cierta medida, un alto grado de propagación, tanto entre sectores como entre países, de los diversos desajustes entre la oferta y la demanda que han venido observándose en los últimos meses. En este sentido, con el propósito de ilustrar   la   relevancia  de   esta   vía  de   propagación, el gráfico  5 recoge, utilizando  las  tablas input-output,  el valor  añadido  generado  en  los  sectores  restringidos de Alemania que se incorpora en la producción de manufacturas de España e Italia. Esta dependencia resulta especialmente elevada en la rama del automóvil. En función de esta evidencia, cabe pensar que los cuellos de botella que se han registrado en las manufacturas desde finales de 2020 podrían haber contribuido significativamente a la desaceleración de la producción industrial  en la UEM durante el primer  semestre de  2021. En efecto, como ilustra el gráfico 6, la desaceleración de la producción en los sectores considerados como restringidos y, en especial, en la rama de vehículos del motor ha sido muy acusada en la UEM. De forma coherente con la evidencia presentada anteriormente, estos desarrollos han sido especialmente intensos en Alemania.

Por otro lado, los problemas de abastecimiento, en un contexto de rápido crecimiento de la demanda y de encarecimiento de las materias primas y del transporte, se han reflejado en incrementos notables de los precios de producción, aunque de manera muy heterogénea por sectores. De acuerdo con las opiniones de las propias empresas, no es descartable que estas presiones inflacionistas  se prolonguen  o agudicen  en el futuro. Así,  por  ejemplo,  tanto  los  indicadores  cualitativos sobre precios de venta de los PMI como las expectativas sobre precios futuros de la encuesta de la CE han repuntado hasta niveles elevados desde una perspectiva histórica (véase gráfico  7). Además, la correlación entre estas expectativas y el grado de escasez de material o de equipo es positiva, lo que indica que las expectativas de aumento de precios en la zona del euro son más intensas en aquellos sectores sujetos a mayores restricciones (véase gráfico  8).

​​​​​​​En resumen, este recuadro pone de manifiesto que la falta de material o de equipo está impidiendo que las empresas manufactureras de la UEM puedan responder plenamente a la rápida recuperación de la demanda, lo que podría lastrar el proceso de recuperación económica. Este efecto se vería agravado si estos cuellos de botella repercutiesen sobre otras ramas productivas, en particular sobre aquellas ramas de los servicios con mayor vocación manufacturera, como el transporte, el comercio al por mayor o algunos servicios profesionales5. Si bien cabe esperar que estos problemas presenten una naturaleza fundamentalmente transitoria y que se disipen paulatinamente a medida que la demanda se normalice y la oferta se adapte, un mayor grado de persistencia de ellos podría suponer crecientes presiones al alza en los precios.

GRAFICO 1
GRAFICO 2
GRAFICO 3
GRAFICO 4
GRAFICO 5
GRAFICO 6
GRAFICO 7
GRAFICO 8
CUADRO 1

Fuente: Banco de España

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